martes, 16 de marzo de 2010

El educador como agente de salud

La salud implica el "estado de completo bienestar físico, mental y social y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades". El desarrollo adecuado del niño además de alcanzar niveles de crecimiento y destrezas correspondientes a su edad implica su sana formación en un ambiente seguro, confiable y de protección ante cualquier enfermedad o accidente que pueda ocurrir, es por ello que el papel del docente es de suma importancia, ya que este será el encargado de actuar en colaboración con la familia en orden de favorecer el óptimo desarrollo del infante.

Por ello el entorno escolar debe ser promotor de la salud, asumiendo la responsabilidad de brindar a sus integrantes los medios de sanidad y seguridad necesarios para el logro de dichos objetivos.

LOS CUIDADOS DEL NIÑO
Un niño bien atendido desde todo punto de vista logrará un mejor desarrollo tanto físico como intelectual, en este proceso es de vital importancia la participación activa de la familia y del centro de aprendizaje, medios en los cuales logrará establecer las primeras interacciones importantes de su vida, por esta razón la existencia de un programa de salud y una buena rutina diaria serán los condicionantes de la salud infantil.

Los cuidados que se deben tener en cuenta con el niño de dos a seis años para contribuir a su desarrollo armónico en los aspectos biológico, psicológico y social es responsabilidad de los adultos que lo rodean, debido a esto el objetivo primordial será propiciar las mejores condiciones para que pueda construir esas metas.

El Juego: Es la principal actividad del niño, este estimula su desarrollo motor, social, emocional y cognoscitivo, y favorece el desarrollo de la creatividad, la solidaridad y la felicidad. Jugar es una necesidad del niño(a), de esta forma se pone en contacto con la realidad, libera tensiones, adquiere habilidades y destrezas, aprende a afrontar situaciones nuevas.

El Sueño: En la edad preescolar el niño tiene un patrón de sueño bien preestablecido, en general duerme toda la noche y necesita una siesta diurna de una hora.

Los hábitos higiénicos: La adquisición de estos permite al niño hacer actividades que redundan en beneficio de su salud, estos se adquieren mediante la imitación y la enseñanza.

Baño: Esta actividad le proporciona satisfacción al niño y por ello adquiere hábitos higiénicos; en esta edad se debe dejar que el menor se bañe sola(o).

Lavado de Manos: Esta práctica es muy necesaria antes de comer y antes y después de utilizar el sanitario, es uno de los hábitos más importantes para evitar infecciones y parásitos intestinales.

Cepillado de dientes: Inmediatamente después de cada comida es el requisito principal para mantener una buena salud oral, y se aprende como todos los hábitos por imitación.

Control de esfínteres: Entre los dieciochos y veinticuatro meses se inicia la educación para el control de los esfínteres. En esta edad se tiene la madurez neurológica, motriz y social necesaria para adquirir el control de sus esfínteres vesical y anal, que constituye un avance sustancial en la consecución de la autonomía.

La Alimentación: Se requieren los nutrientes necesarios con el fin de reparar las células, formar otras nuevas y aumentar el tamaño de las ya existentes; se requiere una alimentación balanceada y suficiente para cubrir los requerimientos.

La Disciplina: En la edad escolar se esta en una etapa en la que se le pueden explicar al menor unas normas que ella (el) deben hacer propias; esto se hace indicándole al menor la necesidad de las normas y el fundamento de la existencia de estas, no se requiere agredir al menor de ninguna forma, se trata de ser firmes en las situaciones en que el menor presenta pataletas.

Televisión: Este aparato atrae por sus movimientos, colores, sonidos; en esta edad no se separa la realidad de la fantasía, son los padres los que con acompañamiento debe enseñarle al menor.

El Jardín: A partir de los tres años, para el niño es importante ampliar sus relaciones con adultos diferentes a sus padres y con niños de su misma edad; en el jardín se presenta un excelente ambiente que le permite entrar en contacto con otras personas, y a la vez se va a ver favorecido en su desarrollo motor, social, emocional y cognoscitivo.

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